Mi idolatrado hijo Sisí nos cuenta la vida de Cecilio Rubes, un
fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta. No tiene amigos,
no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores
momentos. A la hora de educar a su hijo, sólo le guiará el deseo de que
«sea feliz». No le importará que frecuente los bajos ambientes ni que
deje los estudios. Y la disciplina con lo que los Sendín –prototipo de
la clase media conservadora y contrapunto de la propia familia de
Cecilio- educan a sus hijos, le parece cómica e innecesaria. Pero su
despreocupación recibirá su castigo, al revelársele el inmenso absurdo
de su vida. Auténtica sátira moral, la novela aúna todas las cualidades
narrativas de Delibes: su ajustado tratamiento de los personajes, su
lenguaje rico y preciso, su maestría para recrear situaciones y
acontecimientos de la vida española, su amplitud de registros y su
intensidad. Mi idolatrado hijo Sisí está considerada una de las mejores
novelas de Miguel Delibes.
Este libro hay que leerlo para no caer en los errores de consentimiento, de mala educación a la hora de educar a los hijos, a los que creemos que haremos felices dándole todo, incluso aquello que los aisla, que los hace malas personas.
ResponderEliminarCecilio se centró en darle a su hijo Sisí todo lo que llenaría sus sentidos, su vanalidad, que acabó creando un inútil que creía saber de todo, pero que no sabía de nada, porque su ego no le permitía mirar más allá.
Su esposa, anulada por la prepotencia de Cecilio, no consiguió dirigir a su hijo, como se dirige una planta que empieza a torcerse.
MARÍA TERESA TEJERO